Hoy os quiero presentar un extracto de un libro muy interesante que encontré en los archivos de la Universidad de Sevilla, denominado "Hasekura Tsunenaga. La trágica embajada hacia Europa, Keichô" (支倉常長 慶長遣欧使節の悲劇).
Ofrece un recorrido histórico con una gran documentación. Abarca desde los preparatorios previos a la salida desde el puerto de Tsuki no Ura, su paso por México, su llegada a España - dedica un capítulo a Coria del Río y otro al monasterio de Loreto- aparte de tratar los otros puntos de su amplio viaje por España e Italia, y por último el difícil viaje de vuelta de la embajada.
En unas doscientas páginas el autor del libro Kôichi Oizumi, resume de forma fantástica toda la historia de la Embajada Keichô. Asimismo ofrece en sus capítulos imágenes tomadas in situ en cada uno de los lugares, que el propio autor visitó para escribir el libro.
Tras la petición de diferentes interesados en conocer el contenido del libro, hoy os quiero ofrecer a todos vosotros la traducción del capítulo que dedica el autor a Coria del Río.
2. El misterio del apellido Japón
Vista Aérea de Coria del Río |
Cambiando
un poco de tema, os presento un tema más interesante. Cuatro días antes de
entrar a Sevilla, la embajada se hospedó en un lugar llamado Coria del Río. También aquí, al
paso de dos años, tras la vuelta de Roma se llevaron residiendo nueve largos
meses.
Coria
del Río, es una ciudad dentro del término de la provincia de Sevilla, su
población formada por agricultores y pescadores roza los 21.000 habitantes.
Asimismo hay censados 830 habitantes que llevan el apellido Japón. Ellos dicen
ser descendiente de la embajada.
Víctor
Valencia Japón, que trabaja en el Ayuntamiento de Coria del Río, ha estudiado los orígenes de su apellido, investigando para ello los registros
antiguos presentes en Coria, para intentar comprobar si son descendientes de
tal Samurái de Sendai.
Como
resultado de su estudio ha encontrado registros bautismales del año 1667
pertenecientes a la Iglesia de la Estrella, donde aparece el nombre de
Catalina, hija de Juan Martínez Japón y Magdalena de Castro. A su retorno de
Roma, la embajada volvió a Coria en el año 1616. La diferencia entre este
escrito y esta fecha es de 51 años.
Tenemos
que mostrar atención a un dato, el apellido Japón, en Juan Martínez Japón, está
presente como segundo apellido, por lo que su madre ya tenía el apellido Japón.
A la
fecha en la que se expide este registro bautismal, suponemos que Juan Martínez
Japón, tenía unos veinticinco años. Si el propio Juan, hubiese nacido cuando su
madre tuviese veinticinco años, se nos suman en total cincuenta años antes. Lo
que coincide con el tiempo en el que la embajada residió en Coria.
Desgraciadamente,
no quedan registros bautismales desde el año 1604 al año 1665, no sabemos
todavía ni cómo ni cuándo se perdieron. Cabe destacar que tampoco se han
encontrado ningún registro anterior a 1604 donde conste el apellido Japón.
Los
Japones que viven en Coria del Río dicen lo siguiente: “Mi primer padre fue un
pescador japonés que vino por el Guadalquivir”, es una leyenda extendida de
generación en generación y que sigue
vigente hoy en día. Japones que siguen viviendo con el orgullo de ser
descendientes de un Samurái del Japón.
Si
vemos el equipo de traductores que acompañaba a la embajada, encontramos que un
tal Francisco Martínez Montaño, enfermó en el camino de vuelta de Roma hacia
Madrid. Presumiblemente de origen mexicano, cambió su apellido materno
“Montaño” por el apellido “Japón”.
El
autor de este libro, hace unos años pudo visitar la Iglesia de San Pedro a las
afueras de Madrid donde permanece el registro de defunción, donde comprobamos
que su apellido era Montaño.
Está
escrito literalmente lo siguiente [Nota 1]: “Francisco
Martínez Japón, por pobre. Cuyo verdadero nombre es Francisco Martínez Montaño,
natural de México, acompañó a la embajada japonesa ejerciendo como intérprete,
llegando a estos lares el 8 de abril de 1616. Se confesó por el rito cristiano
al diácono Pedro Sevillano. Tras confesarse, ese mismo día realizó sus últimas
plegarias y tomó por última vez el
cuerpo y la sangre de Cristo. También se le untó el óleo de los enfermos. Su
alma nos dejó el día 12 de abril, y se le dio sepultura entre las paredes de la
iglesia el día 15 de ese mismo mes. Él tendría la edad de 34 años. Murió sin
tener ningún testamento por escrito. ”
Aunque
el texto que encabece este registro de defunción sea “Francisco Martínez
Japón”, dentro de este documento tal y como vemos también se encuentra su
apellido materno real Montaño.
Estado de la Estatua de Hasekura Tsunenaga en el año 1995 Foto de Abe Toshio |
Ciertamente,
380 años después los Japones, han recibido como regalo por parte de la ciudad Sendai una estatua en junio de
1992 realizada por el escultor Satô Chûryô que representa a Hasekura Tsunenaga. Esta estatua se ha colocado en
el centro de la ciudad, en una plaza situada a la orilla del río Guadalquivir.
El
autor tuvo la oportunidad de visitar en julio de 1993, el pueblo de Coria del
Río. En ese momento la estatua se encontraba sucia, con grandes grafitis.
Algunos paisanos pasaron haciendo footing,
pero de todos aquellos a los que les pregunté, ninguno supo decirme quién era
aquel de la estatua.
Extracto de "Hasekura Tsunenaga. La trágica embajada hacia Europa, Keichô" (支倉常長 慶長遣欧使節の悲劇) de Kôichi Oizumi
Traducción propia